29 de diciembre de 2010

El peor enemigo de un gatuno

Pues sí, pese a que durante los primeros días parecía no importarles, al final el miedo se ha apoderado de ellos y han tenido que recurrir a ese escondite en el que nunca van a poder encontrarlos. Y es que es encender la aspiradora y ver a mis gatunos corriendo por el piso en busca de algún escondite en posición elevada en el que ni se les acerce el temible aparato.

Mi gata, Iona, tiene su escondrijo asignado, y rara vez lo cambia: encima de la nevera. Desde ahí divisa todo lo que se acerca y se mueve, y de paso controla a la canaria que tiene su casita en una jaula situada a la misma altura. Total, que aprovecha el tiempo que está escondida para planificar lo que podría llegar a ser la captura de una futurible cena.

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En cambio, mi gato Iris prefiere tumbarse encima de la cama e ir mirando por dónde ando con la aspiradora. Que el buscar un escondite es perfectamente compatible con que éste sea cómodo y reconfortante. Faltaría más.

Así que eso de que el peor enemigo de un gato es el perro... pongámoslo en duda.

17 de diciembre de 2010

Nos ha dejado Blake Edwards

Blake Edwards, director, guionista, y productor estadounidense, falleció ayer a los 88 años de edad. Creador, para muchos, de la hoy llamada comedia contemporánea, fue el responsable de títulos absolutamente inolvidables como Desayuno con diamantes (1961) o El Guateque (1968), ese título que narraba aquella fiesta imposible en la que un patosísimo Peter Sellers provocaba el caos.

Éste último fue uno de los actores que más se prodigó en los títulos de Edwards. El éxito de La Pantera Rosa (1963) hizo que rodaran juntos varias secuelas, las cuales forman parte ya de la historia del cine cómico.

Otra actriz que trabajó con él en varias ocasiones fue Julie Andrews, la cual se convirtió posteriormente en su mujer (con la cual seguía casado), y con la que forjaron cintas antológicas como ¿Víctor o Victoria? (1982), Darling Lili (1970), o 10, la mujer perfecta (1979).

No menos destacables, almenos para un servidor, fueron los dos títulos en los que dirigió a un "jovencito" Bruce Willis, acabado de salir de la exitosa serie Luz de luna: Cita a ciegas (1987) y Asesinato en Beverly Hills (1988).

Ganador del Óscar honorífico en 2004 (por citar sólo el galardón más importante de cuantos ha ganado), nos ha dejado un legado cinematográfico que seguro no perecerá ni el tiempo ni el la memoria. Hasta siempre.


Filmografía destacada:

16 de diciembre de 2010

Cine de autor de calidad: Colección Studio Canal

Muchas veces he comentado el placer que me produce ir a una gran superficie y rebuscar en el departamento de cine alguna película que me resulte desconocida o interesante y luego devorarla en casa, sea del tipo que sea (de ahí que el séptimo arte sea mi mayor pasión y hobbie). Y es que pocas veces le hago ascos a ningún género, ya que me gusta todo tipo de cine, empezando por el documental o las comedias románticas, y acabando en, por ejemplo, los westerns o el cine más experimental o de autor (el llamado cine para gafapastas).

Normalmente es éste último el que más sorpresas (y decepciones, por qué no decirlo) me ha producido, aunque también es el más difícil de conseguir en las grandes superfícies. De ahí que el nacimiento por estas tierras hace ya algo más de un año de la colección Studio Canal me tenga muy contento y en constante alerta por si se avecinan novedades.

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Dicha colección, formada ya por 13 joyas del séptimo arte (aunque hay alguna más editada fuera de estos lares), se edita en alta definición, para un mayor gusto de los que somos entusiastas del Blu-ray. Los títulos de la colección, editados en un digipack de dos palas con un interesante libreto en su interior y numerosos extras, son los siguientes:
Grandísimos títulos de ilustres directores que, sin duda, llamarán la atención a más de uno. Pero como siempre hay un "pero", en este caso su elevado precio (24,90€/u.), el cual de buen seguro tirará atrás a más de uno. Una lástima, puesto que es digno de alabar a Universal por habernos acercado el cine de autor en HD, editado y tratado con tantísimo mimo, tal y como está haciendo Criterion (salvando las distancias) de manera magistral al otro lado del charco.

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Espero que pronto anuncien nuevos títulos con los que ir completando la BD-Teca.

15 de diciembre de 2010

¿Esto es arte?

Es levantarme y que se me indigesten los crispis leyendo cosas como las que aparecen hoy en la prensa barcelonesa. Y es que hoy me he topado con la notícia de que un artista peruano, Álvaro Icaza, reembolsará este martes a los usuarios de metro y bus de TMB que hayan sido multados por colarse, entre el 1 de enero y el 30 de noviembre, el importe de la multa, si no supera los 100 euros. Para redondear la paradoja, Icaza destinará al pago de multas 2.500 euros de fondos públicos, iniciativa que forma parte de un proyecto artístico. Tócate el chocho.

Así que si mal no lo he entendido, el señorito este va a dedicarse a regalar dinero público, dinero tuyo, mío, y de muchos más, para subvencionar la delincuencia (o la simple y llana caradura) en el transporte público. Vamos, que por un lado pagamos campañas publicitarias para concienciar a la gente de que no se cuele, y por otro lado pagamos a aquellos que se cuelan. Pues no, no me da la gana. ¿Y a esto se le llama arte?

Al señorito Icaza le embargaba todos sus bienes y los ponía a subasta, y con el dinero conseguido montaba más campañas de concienciación para que la gente no se colara en los transportes públicos. A ver si luego aún le quedaban ganas de "expresarse artísticamente".

Últimamente en este país le estamos pillando el gustillo a pagarle las cosas a los curruptos, a los sinvergüenzas y a los caraduras. En cambio, a la gente educada y cívica, que respeta las leyes y normativas, ya le pueden ir dando.

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Fuente: 20 minutos

14 de diciembre de 2010

Crítica (VII): Berlin Calling

DJ Ickarus es un disc-jockey y productor de música techno y electro que está en lo más alto de su carrera. Su vida, al igual que su trabajo, transcurre de aeropuerto en aeropuerto y de club en club. En su día a día le acompaña su novia y manager, Mathilde, la cual también supervisa la creación, producción, y promoción de lo que va a ser el nuevo disco de Icka. Pero una noche, durante la fiesta posterior a una de sus sesiones, acaba en un centro de rehabilitación, fruto a sus excesos con las drogas. Así empieza el film, narrando la travesía de Ickarus del estrellato al pozo de la drogadicción. Quizás, en cierto modo, la narración de una autodestrucción. Aunque puede que aún se albergue esperanza al final del túnel.

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Sus idas y venidas del centro se entrecruzan con la pérdida sentimental de su pareja, con el distanciamiento, por momentos, de su familia, y con el olvido de su compañía discográfica. Todo se le vuelve en contra, a excepción de las drogas, con las cuales consigue dar un punto de sensatez y lógica a su vida, aunque sólo sea temporalmente. Pero la música, opio para muchos, y, en este caso, opio para Ickarus, será la que le ayude a reencontrarse a sí mismo y le ponga frenos a su descenso cuesta abajo.

Berlin Calling es quizás un retrato autobiográfico de Paul Kalkbrenner, dj y productor reconocido en Alemania, y compositor, además, de la banda sonora que acompaña el film. Grandes temas para acompañar los distintos estados emocionales que se dan en la película, y que hacen de ésta una película muy a tener en cuenta para aquellos a los que nos atrae el mundo de la electrónica.

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La película está bastante bien, y, aunque pueda parecer que abusa de los clichés que atañen al mundo de la noche, como pueden ser las drogas y el espiral de vicio que éstas conllevan, hay que reconocer que son un tema de muy difícil elusión.

En resumen, un grato descubrimiento. Y, sobretodo, un genial reencuentro con un tema que es un auténtico himno dentro de la escena electrónica: Sky and sand (click para escuchar la canción), un verdadero manifiesto de amor.

Nota: 7

Título Original: Berlin Calling
Año: 2008
Duración: 100
País: Alemania
Género: Drama
Director: Hannes Stöhr
Guión: Hannes Stöhr
Música: Paul Kalkbrenner
Reparto: Paul Kalkbrenner, Rita Lengyel, Corinna Harfouch, Araba Walton, Peter Schneider, Megan Gay, Dirk Borchardt





Por el día
me encontrarás a tu lado
dando lo mejor de mí
intentando hacer las cosas bien.
Cuando todo sale mal
sólo yo tengo la culpa
pero no me hará mucho daño
porque me dejas brillar.

Y construimos castillos
en el cielo y en la arena.
Diseñamos nuestro propio mundo
que nadie entenderá.

Me encontré vivo en la palma de tu mano.
Mientras estemos volando todo este mundo no se acaba.
Todo este mundo no se acaba.

10 de diciembre de 2010

Crítica (VI): Toy Story 3

Cuando escribo una de mis churro-críticas en el blog, normalmente hago un pequeñito esquema en una hoja de papel de lo que va a ser la crítica en sí, a la vez que anoto algunos comentarios que me gustaría citar o desarrollar a lo largo de la entrada. No es que mis críticas sean profundas o extensas, pero el hacerlo me ayuda a ordenar mis ideas. Hasta hoy, porque pese a haber apuntado unas cuantas cosas, no sé como comenzar.

Podría empezar reivindicando el cine de animación como un género para cualquier tipo de persona, independientemente de su edad. Luego continuar diciendo que la película se apoderó de mi corazón y absorvió mis sentimientos de forma totalmente abrumadora. Y concluir comentando que lloré en varias ocasiones, empapado por la nostalgia, el asombro, y por las ilusiones que la película refleja y catapulta. Porque Toy Story 3 no es una simple película de animación. Es, almenos para un servidor, una auténtica obra maestra.

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En esta ocasión, nuestros amigos están preocupados ante su incierto futuro ya que Andy, su dueño, ya no es un niño y se prepara para ir a la universidad. Pero, cuando debido a un malentendido, se encuentran en un lugar que desconocen por completo, comprenderán que su aventura acaba de empezar. Así da comienzo este film, al que no le falta ni le sobra nada.

Una portentosa narración, una maravillosa forma de presentar y desarrollar los personajes, secuencias memorables... y el "Hay un amigo en mí" sonando a los pocos minutos y provocando que me tuviera que secar las lágrimas. Proceso que debería repetir posteriormente en alguna ocasión más. Y no sólo lágrimas de tristeza o de melancolía, sino también de emocion y de felicidad con el devenir de los acontecimientos.

Porque como ya vimos anteriormente en Up, su exponente más claro (sólo hay que ver sus 15 primeros minutos), el estudio Pixar ha sabido cargar de emotividad los diálogos y situaciones, y dotar a sus personajes de una vida y humanidad fuera de lo común en los films de animación. De ahí que lo que 15 años atrás parecían ser solo unos simples muñecos digitalizados, se hayan acabando convirtiendo en unos seres absolutamente entrañables.

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Me atrevería a decir que Toy Story es la mejor trilogía que, hasta la fecha, haya tenido el gusto de ver. Cine de animación, pero cine en estado puro, con unos personajes redondos que evolucionan magistralmente a lo largo de las tres partes.

Woody, Buzz, Mr. Potato, Rex, Hamm, Slinky... esta película se convierte, entonces, en el adiós a esta pequeña-gran familia. Porque las lágrimas vertidas a lo largo del film no son sólo fruto de sus virtudes, sino también del hecho de saber que cuando esta tercera parte acaba no habrá más posibilidades de volver a saber de ellos. Éste es su final. Su gran, magnífico, y apoteósico final. Uno de los mejores broches de oro que cabría esperar para la franquicia estrella de Pixar.

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Hasta siempre muchachos.

Nota: 10

FICHA DE LA PELÍCULA
Título original: Toy Story 3
Año: 2010
Duración: 103
País: Estados Unidos
Género: Animación / Fantasía / Aventuras
Director: Lee Unkrich
Guión: John Lasseter, Andrew Stanton, Lee Unkrich
Música: Randy Newman
Reparto (Voces): Tom Hanks, Tim Allen, Joan Cusack, Ned Beatty, Don Rickles, Michael Keaton, Wallace Shawn, John Ratzenberger, Estelle Harris, John Morris, Jodi Benson, Emily Hahn

9 de diciembre de 2010

Harto de las reporteras florero

Después de semanas sin actualizar el blog por falta de tiempo y de neuronas libres para dedicar aquí, he encontrado un huequecito, tanto en el terreno espacio-temporal como en el mental, para redactar una nueva entrada con la que no dejar que esto caiga en el olvido. Y, la verdad, el hecho de haber encontrado tiempo para ello se debe a que hoy tenía el día libre. A chincharse.

Como es de suponer, estoy dedicando el día a tareas tan dificultosas como poner en marcha el lavaplatos, o envolver un par de regalos de Navidad. Vamos, que estoy con flato debido al desgaste. Y para hacer de esto algo menos fatigoso tengo la tele puesta en marcha, la cual posiblemente me acompañe hasta la hora de irme a dormir. Así que haciendo zapping me he topado con el programa Tonterías las Justas, el cual siempre que lo veo consigue arrancarme alguna que otra sonrisa, pero he coincidido con un reportaje de una de sus colaboradoras, Romina Belluscio. Y ahí se me ha puesto cara de poker.

Para el que no la conozca supongo bastará con este pequeño resumen mil veces visto en televisión: reportera joven, guapetona, luciendo escote y muslo, y dando la sensación de que tiene menos neuronas que una ameba (lo cual, en muchísimos casos, suele ser verdad). ¡Y ah! Realizando reportajes sin chicha ni limoná. ¿Verdad que a muchos os suena? Pues uno ya empieza a estar harto del tema.

En el ejemplo que se ha dado hoy, la tal Romina acudía a la presentación de la película Burlesque, encabezada por Cher, Christina Aguilera y Kristen Bell, y que promete ser uno de los títulos a tener en cuenta este final de año. Pues bien, tonto de mí me esperaba alguna preguntilla sobre el film en sí, pero sólo me he topado con comentarios sobre las operaciones o la edad de Cher. Vamos, lo lógico viendo quien era la tontaina que se las hacía.

En los últimos años están abundando este tipo de reporteras florero, sin ningún tipo de talento ni gracia, a excepción de su físico envidiable, y que sólo hacen que entorpecer el desarrollo de los programas con reportajes insustanciales e inundar internet con fotos suyas ligeras de ropa. Basta con escribir el nombre de la tipa en Google y empaparte de titulares como "Descuido de Romina Belluscio", "Jacuzzy con Romina Belluscio", "Romina Belluscio se desnuda en FHM", "Romina Belluscio con el vídeo más sexy"... y así hasta el infinito. ¿Que en televisión imperan los cánones de belleza y la ley del físico? Está clarísimo. Pero que nosotros somos los principales culpables por dar audiencia y alabar a "x" personajes por el mero hecho de ser guapos también lo es.

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Y seguimos con preguntas: ¿Que la tal Romina pueda ser una chavala maja y simpática? Puede ser. ¿Que está "buenísima" y es "muy guapa" tal y como anuncian centenares de comentarios en la red? Eso va a gustos. Pero a mí me parece una petarda más que no debería de haber hecho el salto de los concursos de belleza a la televisión. Y menos aún en un género tan complicado y con tanto fracaso como el del humor.

Así que he cambiado de canal y me he sobresaltado con un primer plano de la boca de Karmele Marchante, ataviada con unas gafas dignas de la mejor Drag Queen ibizenca, lanzando improperios y amenazas a una compañera suya del programa Sálvame.

Estamos a salvo.

19 de noviembre de 2010

Adiós a Luis García Berlanga

Sue fue un maestro, uno de los más grandes directores de cine que ha dado y dará este país a lo largo de su historia. Un genio del séptimo arte y un poeta de la calle. Y es que, aunque falleció hace ya seis días, el pasado 13 de Noviembre, no quería dejar de dedicarle una pequeña entrada en este humilde y perdido blog dentro del océano de la blogosfera. Más aún cuando toda su obra ha marcado a tantísimos espectadores y, sobretodo, al que escribe esto.

Luis García Berlanga se nos fue a la edad de 89 años, víctima del alzheimer, mientras dormía plácidamente en su cama. Fue uno de los grandes mitos del cine español, debutando en el año 1953 con el film Esa pareja feliz. Ese fue su inicio. A partir de ahí vinieron obras cumbre de nuestra cinematografía, imprescindibles para cualquier cinéfilo que se precie. Véase:
Sin duda alguna, todas obras maestras, no sólo dentro de nuestro cine, sino de la historia del séptimo arte. Quizás el mejor cineasta que ha sabido captar la esencia y las miserias del ciudadano español en cada uno de sus films.

Presidente honorífico de la Academia Española de Cine, nominado al Óscar en 1961 por la película Plácido, Premio Nacional de Cinematografía (1981), Medalla de Oro de las Bellas Artes (1983), Premio Príncipe de Asturias (1986)... y es que, con su muerte, el cine se queda algo más huérfano.

Descansa en paz, maestro. Te echaremos de menos.

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17 de noviembre de 2010

Por fin comida de verdad

Sí, lo entiendo. Cuando uno lleva más de un año y medio comiendo pienso día sí, día también, se acaba cansando y vuelve a sus instintos primitivos y cazadores. Y más aún si estamos hablando de un gato.

Tengo dos gatunos, y siempre me había hecho mucha gracia que cazaran moscas, jugaran con ellas, y que luego se las zamparan. Hasta ahí bien, bravo. Lo que no me hace tanta gracia es que hayan pasado a la caza de otro tipo de seres vivos. Y es que el otro día, sin ir más lejos, empecé a escuchar como uno de ellos se enfadaba y gritaba, así que fui a ver qué sucedía, si es que se estaban peleando entre ellos, y me encontré con esto:

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Y esto ya no hace tanta gracia. Menos aún cuando, en alguna ocasión, me he encontrado en el suelo de la cocina con manchas de sangre pertenecientes a sus víctimas. O eso, o me topo con una lagartija corriendo por el pasillo, muerta de miedo, mientras mis dos gatunos se la miran con fruición.

Pero no hay mal que por bien no venga: almenos mientras se ocupan de posibles inquilinos que vengan de fuera, dejan en paz a la pobre canario, que la tengo en la jaula acojoná, siempre vigilada por ellos dos. Benditos gatunos.

10 de noviembre de 2010

Crítica (V): Tasmania

La Historia siempre fue mi asignatura preferida. Siempre. El montón de datos y de páginas a estudiar pasaba a ser una nimiedad frente a la fascinación que sentía al conocer cómo se fueron forjando las civilizaciones, las alianzas, y los lugares que hoy conocemos: el pasado de lo que somos hoy en día. Por desgracia a uno se le van olvidando muchas cosas, y el espacio que antes ocupaban en mi cabeza los Visigodos y los Tártaros, ahora lo ocupa la duodécima edición de Gran Hermano. Pero pese a todo siempre hay cosejas que uno, por más basura que almacene en su cerebro, no se le olvidan.

Una de ellas es toda la etapa de la colonización y, en especial, las historias sobre los asentamientos penales creados por los británicos en lo que hoy se conoce como Tasmania (antes Van Diemen's Land), un islote alejado de Australia. El orígen del nombre se debe a que Abel Tasman, un explorador holandés, la avistara por primera vez a mediados del siglo XVII y le pusiera el nombre al islote del que fue el patrocinador de su viaje, Anthony Van Diemen. De ahí su nombre, la cual lo cambió más tarde por el de Tasmania para deshacerse de su escabroso pasado (la tierra de Van Diemen, por su dureza climática y aislamiento, era el lugar donde se enviaban los presos más peligrosos).

Una vez metidos en salsa, la película nos cuenta la historia de Alexander Pearce, un famoso convicto australiano que, junto con otros compañeros, se escapa del brutal asentamiento penal de Mcquire Harbour, forzando sus condiciones al máximo en un terreno inhóspito y durísimo. La trama pinta muy muy bien, y las críticas por las que ha venido precedida la sitúan en muy buen lugar, pero a mí me dejo una sensación muy fría.

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El debutante Jonathan Auf Der Heide nos sumerge en una historia en la que al inicio la alegría es la actitud desbordante y que, a medida que suceden las escenas (bosque, bosque, y más bosque), ésta pasa a desaparecer dando lugar al hambre más canina y a los instintos más básicos e interiores del hombre. Y es que cuando se trata del estómago, todo vale. La hermandad del principio y el compañerismo entre algunos, se torna en desconfianza y miedo. Y es la supervivencia lo que se antepone a todas las cosas, dando lugar al canibalismo más feroz. Pero no, no es un film gore sobre canibalismo u otros horrores, sino sobre la condición humana llevada al límite bajo las condiciones más extremas. Como la naturaleza instintiva del ser humano sale a flote cuando las necesidades básicas no están cubiertas.

El problema es que esta crudeza no traspasa al espectador, puesto que, bajo mi punto de vista, les falta un mínimo de sadismo a ls escenas. La sangre y el gore, usados con cabeza, pueden aportar mucho a una película que, como es en este caso, se queda coja, aunque el simbolismo del hacha como instrumento de poder cuaja a la perfección.Decir también a su favor que los planos no se hacen nada largos y han sido cortados en el momento justo, pero son tantísimos en detalle que, además de no aportar nada, acaban cansando. Y la manera de contar las cosas se me hizo lenta y tediosa. Resumiendo: demasiado plano intrascendente. Y lo de que la espesura del bosque y la frialdad con la que ha sido retratado sea pasa esconder los horrores que en él suceden... me vale a medias como argumento. Los actores cumplen sin más, pero uno no llega a crear ningún lazo con ninguno de ellos. Da lo mismo que vivan o mueran.

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Lo fuerte del tema es que está basada en las memorias de Alexander Pearce, por lo que puede que todo lo que en la película se ha contado ocurriera de verdad. O puede que todo sea fruto de una mente enferma. Quien sabe...

Nota: 5

FICHA DE LA PELÍCULA
Título Original: Van Diemen's Land
Año: 2009
Duración: 101
País: Australia
Género: Drama/Histórica/Biográfica
Director: Jonathan Auf Der Heide
Guión: Jonathan Auf Der Heide, Oscar Redding
Música: Jethro Woodward
Reparto: Oscar Redding, Arthur Angel, Paul Ashcroft, Mark Leonard Winter, Torquil Neilson, Greg Stone, John Francis Howard, Jonathan Auf Der Heide, Jason Glover, Adrian Mulraney, Ben Plazzer

9 de noviembre de 2010

Crítica (IV): Pa Negre

Gracias a una de esas promociones que de vez en cuando aparecen, mi pareja y yo fuimos al cine a ver alguna película de último estreno, y así volver a recordar lo que es ver un film en pantalla grande y con un bote de palomitas de 5€. Que ya ni recordábamos lo que era eso. ¿Los motivos? Muchos, pero principalmente el hecho de que me encanta comprar muchísimo cine en DVD y Blu-ray y mi economía no me permite "compaginar" ambas cosas. Pero esta era la ocasión: ver el último film de Agustí Villaronga, director que muchos conocimos con su primer largometraje, Tras el cristal.

Pa Negre, película basada en el libro de homónimo nombre escrito por Emili Teixidor, es un retrato de la Catalunya rural durante la posguerra, un retrato crudo y frío de la época. Pero también es una radiografía sobre vencedores y vencidos, sobre secretos y traiciones, y, a la vez, sobre supuestos "buenos" y "malos". Todo visto a través de los ojos de Andreu (el debutante actor Francesc Colomer), un chico que descubre los cuerpos sin vida de un hombre y su hijo, aún agonizante. Al contarlo, las autoridades querrán culpar de ello al padre de Andreu, y éste, para ayudarle, intentará resolver quien anda detrás de tal brutal crimen.

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Con esta trama se da comienzo a la que va a ser la corrupción de la inocencia de nuestro protagonista, dentro de un mundo de adultos cargado de mentiras. Una mutación de una personalidad débil y afable, a otra bien distinta cargada de odio y maldad.

La ambientación del film es fría y cruda en todo momento. Gris y oscura, y que deja entrever que fue en esta época en la que se dieron alas al germen del odio.

En lo que respecta al reparto del film, hay varios actores que brillan con luz propia. A destacar Nora Navas, la cual ya se llevó la Concha de Plata a la mejor actriz en el Festival de Cine de San Sebastián, Eduard Fernández, interpretando al maestro de escuela, Laia Marull en el papel de Pauleta, y, sobretodo, un enorme Sergi López ejerciendo de alcalde, papel que me recordó al que hizo en El Laberinto del Fauno. Esto en lo que respecta al reparto "adulto" del film, pues en la película también aparecen varios niños, entre los que destacaría a Marina Comas, también debutante, y que acompaña a Andreu en el recorrido de la inocencia a la desconfianza.

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Pese a que el film está muy bien estructurado y cargado de bellas metáforas, le chirrían algunos personajes excesivamente estereotipados. Pero sobretodo le chirrían las actuaciones de algunos de los niños que aparecen en el film, los cuales pronuncian unas frases que hacen que se note a leguas que las recitan como si de un loro se tratasen. Frases imposibles para niños irreales.

Un muy buen film que da buena cuenta de que el cine en este país está más vivo que nunca. A destacar la escena final: la creación del "monstruo". No digo más.

Nota: 7,5


FICHA DE LA PELÍCULA
Título Original: Pa Negre
Año: 2010
Duración: 108 minutos
País: España
Género: Drama
Director: Agustí Villaronga
Guión: Emili Teixidor (Novela), Agustí Villaronga (Adaptación)
Música: José Manuel Pagán
Reparto: Francesc Colomer, Marina Comas, Nora Navas, Roger Casamajor, Lluïsa Castell, Mercè Arànega, Marina Gatell, Elisa Crehuet, Laia Marull, Eduard Fernández, Sergi López, Joan Carles Suau, Eva Basteiro-Bertoli, Jordi Pla, Jesús Ramos, Jesus Ratera, Pep Tosar.

5 de noviembre de 2010

Los dioses deben estar locos

Encharcado de sudor, así me he levanto esta mañana. Me acuesto con la calefacción encendida, con una muy buena sensación térmica que hace que mi sueño sea placentero, y me levanto entre jadeos y con los poros más abiertos que las piernas de Flor, la concursante expulsada ayer de forma disciplinaria en Gran Hermano. Ya no sé qué hacer.

Por las noches, a partir de las 8 de la tarde, la temperatura baja en picado y no es aconsejable ir dando tumbos sin la chaqueta. En cambio, por la mañana con una camiseta de manga corta hay más que suficiente. Incluso no sería disparatado vestir sandalias y pantalón corto, puesto que éstas no parecen las temperaturas de un mes como Noviembre. Normal que por televisión salgan cada 2 o 3 días viejunos bañándose en las playas y soltando alegremente un "¡el agua está mú güena!".
Así que, por si las moscas, ya he ido a por unos cuantos fármacos para metérmelos en vena al primer estornudo que me venga. Que las amenazas de resfriados están a la orden del día, y no tengo gana ninguna de ir soltando mucosidades por la nariz como si de una fuente me tratara.

Así que... ¡al rico Frenadol!

4 de noviembre de 2010

Multiculturalidad mal entendida

Hace unas horas leí un post en el blog de Garbí en el que se criticaba que en este país, de buenos acabamos pecando de gilipollas. Un post que es posible que no provocara una misma reacción en la gente, pero que sin duda representa una opinión que muchos compartimos. Y no sé si se debe a que lo leí a altas horas de la madrugada, en las que mi nivel de irritabilidad se acrecienta, pero no pude más que acordarme de, salvando las distancias y la disparidad de casos, de la niña de 10 años que dio a luz hace unos días en Jerez de la Frontera (Cádiz).

Ni que decir tiene que es algo aberrante, que pone los pelos de punta, y que escandaliza al más sosegado. Pero fíjate, resulta que la niña no es nacida en España, sino que es de origen rumano, y que vino aquí hace tres semanas para dar a luz y así beneficiarse de las ayudas que nuestro país ofrece (dicho hace unas horas por la madre). Y sigue fijándote, porque resulta que los padres de la criatura ven esto normal, que es un bien de Dios, y que allí en Rumanía a los 10 años se casan. Tócate el... moño. Porque recordemos, y dejando a un lado lo de que muy posiblemente sus progenitores hayan prostituido a su hija, los padres sostienen de que el padre es un chico de 13 años que vive en Rumanía, pero no dan más pistas, ni el nombre del chaval, ni nada de nada que ayude a esclarecer las cosas. Ni tan siquiera permiten el acceso de las fuerzas de seguridad o de los servicios sociales al domicilio familiar. Y es que aquí se considera violación el mantener un acto sexual con un/a menor de 13 años, además de barbarie...a menos que seas Sánchez Dragó. Que no lo sea en Rumanía me importa tres cojones. Si vienen que se adapten a nuestras normas, y no nosotros a las suyas. ¿Cómo va a educar una persona que no está educada en nada? ¿Y qué clase de madre ve como algo normal que una niña esté dando a luz a los 10 años, cuando debería de estar en la escuela estudiando y jugando con sus compañeros?

Pero no quería hablar de esto en este post, sino en lo que me avergüenza que nuestra política fronteriza permita que "esto" entre a nuestro país y que no se les pueda echar. ¡Y encima se está estudiando si el recién nacido y la niña pueden seguir con sus padres! ¡Pero si son los mismos que han dejado que se embarace! Y siguiendo con el sinsentido, ya han salido organizaciones de immigrantes pidiendo la nacionalidad española para la familia, la reagrupación familiar (exacto, traer al resto de su familia de Rumanía para acá), un piso de protección oficial para la familia, y diferentes ayudas para que la madre pueda criar a la criatura sin problemas económicos. ¡¿Pero esto qué coño es?!

Si fuesemos un país civilizado y con los cojones debidos, se le quitaría la custodia a la madre, se deportaría a toda su familia (la cual está en España de modo irregular), y se enviaría a las niñas (madre e hija) para que se formaran como seres humanos. Eso sí, antes habríamos pegado un puñetazo a la mesa del ministro de exteriores rumano para que fueran ellos los que corrieran con los gastos, y no nosotros, como ocurre siempre. Que ya está bien de reírse de todos los que cotizamos, y encima con la que está cayendo. En Suiza, por poner un ejemplo, para ser suizo y beneficiarse de las ayudas que ofrecen los servicios públicos hace falta haber vivido en el país 10 años, presentar la declaración de la renta y ser cotizante... y no ser sólo un vividor de los servicios sociales. Pero aquí nos lo tragamos todo. Puertas abiertas. Barra libre.

No estoy en contra de la inmigración, ni mucho menos; todo el mundo tiene derecho a buscarse la vida, pero lo que no se puede permitir es que se rebajen ciertos estándares de calidad de vida escudándonos en la multiculturalidad y paridas varias. Y tampoco hay que dejar que se nos tome el pelo. No es cuestión de racismo, sino de sentido común. Así que lo mismo podría decir del montón de ni-nis, canis, y chusma varia que abunda y que sólo hace que poner la mano para que le den de todo sin hacer nada. Demasiado parásito suelto. Y cosas como estas son las que van a hacer que la extrema derecha, sumada con los tiempos difíciles que estamos viviendo, sufran un gran crecimiento en las elecciones catalanas de final de año (sí, hablo de Anglada), y en las generales de 2012. Miedo me da que esta gente pueda tener representación en el Congreso o en el Parlament, pero me temo que ya no hay marcha atrás.

Y como dice la parodia de Joan Tardà en el programa Polonia: "Perdoneu però algú ho havia de dir".

2 de noviembre de 2010

Marcando al ganado

Hace un par de añitos, en una de mis noches de insomnio y de navegación por el ciberespacio hasta bien entrada la mañana, descubrí un lugar en el que las pasiones se desatan, el deseo arde, y el onanismo se insunúa con demasiada explicitud... y no, no se trata de ningún site de contenido pornográfico. La web en cuestión tenía un nombrecito que no daba lugar a confusión: ¿Sexy o No?

Al principio me mostré reticente a pegarle un par de clicks a la página y navegar por ella uno o dos minutejos, pero fue aparecerme en pantalla un especímen dantesco para que me animara y entrara en el diabólico juego.

Para el que tenga curiosidad, en esta web el individuo que quiera puede colgar su foto para que, posteriormente, los visitantes la voten con una puntuación del 1 al 10, siendo el 1 la nota mínima que te auparía como callo malayo, y el 10 como futurible revientabraguetas o resquebrajabragas (menudas palabritas, ¿eh?). Las reglas son sencillas, vamos.

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Mc Donald's garantiza que sus hamburguesas están hechas de carne de vacuno 100%

Total, que esta mañana repasando las entradas que escribí en la versión 1.0 de este blog, me he topado con la que hacía mención a la web sobre la que os escribo, y no me he podido estar de volver a visitarla. La cosa no ha cambiado: hay montones de niñatas echándose fotos con el móvil desde el cuarto de baño teniendo como decorado el retrete, vacaburras escondiendo tripa y poniendo cara de "te comía hasta la goma del calzoncillo", ratas pastilleras luciendo ropa ceñidísima y tatuajes de tipo duro, analfabetos hiper-engominados con toneladas de oro en anillos y cadenas, pseudopijas pre-adolescentes mostrando escote y gafas de sol modelo "mosca", chandaleros y chandaleras que escriben cosas como "m gstn las pbis y l dprt, k a mis amgas no les flte d na, cncme x cirto en realidad soi todvia + wapo q n la fot xao 1bso a tdas", y, en menor medida... gente normal que no debe tener claro en qué clase de sitio se ha metido para buscar amistades.

No es que me haya entretenido lo mismo que antaño, pero sí que me ha provocado sensaciones tan dispares como la de echarme unas buenas risas, y la de llevarme las manos a la cabeza viendo al ganado que ahí pasta.

Atentos, pues, si le dedicáis unos minutos. No olvidéis que aquellos a los que hoy juzgaréis y otorgaréis una valoración numérica serán los que levantarán el país. (...) ¡Temblad!

29 de octubre de 2010

Ya es Navidad en El Corte Inglés

Pues oye Maripili, resulta que tras una semana en casa y habiéndome concienciado que las vacaciones han terminado, me ha entrado la fiebre por decorar el piso con todo de adornos navideños y no tan navideños. Y bueno, quien dice "fiebre por adornar el piso", dice también "excusa para despilfarrar la nómina sin remordimientos". Que uno es algo modosito y se avergüenza y atemoriza con facilidad, así que hay que buscar excusas que me envalentonen para seguir adelante; con rumbo fijo, viento en popa, a toda vela, etc etc etc.

Así que los dos juntitos, Meia y un servidor, nos hemos ido a rondar las mil Ikea's, Baricentro's, Illa's Diagonales, Maquinistas, Cortingleses, y otros tantos macrocomplejos en los que nos encanta desenfundar la Visa cual Billy el Niño. Muñecos de nieve de trapo, cajitas con forma de regalo, un árbol de Navidad, adornos para colgar en él, conjuntos de mesa con motivos navideños y festivos... y los primeros regalos. Y sí, ya sé que estamos aún en Octubre, pero es que, por si no lo sabíais, ahora la Navidad empieza en los comercios a finales de Agosto. Y a nosotros dos, que se nos convence rápido pues... ya sólo nos falta ir por la calle aderezados con unas antenas del reno Rudolph cantando villancicos.

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Esto algunos lo verán como una simple estrategia comercial para atrapar al consumidor y sangrarle los ahorros. Que si la Navidad es un negocio, que si el espíritu navideño no existe, que este es otro método más para que los consumidores paguemos la crisis, que hay que tener cabeza, y todas esas frasecitas que uno ya se sabe de memoria. Y ojo, no digo que no sea así, pero a nosotros nos encanta. Aunque vaya... entrar en una charcutería y escuchar el White Christmas interpretado por Frank Sinatra nos ha parecido realmente excesivo. Casi te entraban ganas de tararearla siguiendo el ritmo que marcaba la dependienta cortando el chopped. Pero bueno, ha tenido su gracia.

Y oye, ¿no ha hecho lo mismo El Corte Inglés con la Vuelta al cole, empezando ya a finales de junio? Coña, que todos hemos sido niños, y era empezar vacaciones y ver las ciudades empapeladas con los cartelitos de esta gente recordándonos que ya podíamos reservar los libros y comprar los uniformes para el siguiente año. ¡Te destrozaban el verano! Pues oye, ya que se nos ha amargado toda la vida con esa cantinela, disfrutemos ahora del momento. Démosles las gracias por adelantarse tanto a los acontecimientos. Por hacernos ser previsores.

Y ahora, tras escribir esta soberana tontería de entrada, brindaría con una copa de cava y un cacho de turrón, pero al ir a la cocina vuelvo a la realidad: la realidad de que aún estamos en otoño, y que tengo una bandeja entera de Panellets esperando a ser devorados. Ñam ñam.

Así que, con vuestro permiso, voy a atender unos dulces asuntos...

25 de octubre de 2010

Crítica (III): Que se mueran los feos

En ocasiones a uno le entran dudas sobre si lo que tiene delante es una buena película (o entretenida sin más) o si lo que realmente está sucediendo es que uno a medida que pasa el tiempo acaba siendo benévolo en exceso ante lo que le entra por los ojos. ¿Me río por cualquier cosa? ¿Me emanan lágrimas de los ojos por cualquier cursilería o frasecita ñoña? Pues no lo acabo de tener claro del todo, y esto es algo que me he preguntado después de ver dos novedades en lo que a estrenos en formato doméstico se refiere: Que se mueran los feos y The blind side (aunque de ésta segunda ya haré mi particular crítica más adelante). Al final es lo de siempre: hay gustos para todo, y entre los míos estos dos films tienen su rinconcito.

Que se mueran los feos podría describirse como una reinvención de lo que hasta ahora había sido la comedia costumbrista y rural, pero eso sí, con el toque que le puede dar alguien que ha ejercido como director en películas y series como las premiadas Fuera de carta, 7 vidas, o Aída. Vamos, que cuando uno se enfrenta a este film intuye que algo que no va a faltar en él son carcajadas, y está en lo cierto, aunque si nos ponemos a compararla ésta, a juicio personal, sale perdiendo.

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Y cuando digo ésto último en ningún caso es en relación directa al aspecto coral de su reparto. Empezando por unos fenomenales y divertidísimos Javier Cámara y Carmen Machi (menudos carrerones ambos, tocando tanto la comedia más gamberra como el drama más lacrimógeno), y acabando en unos secundarios de lujo, como Hugo Silva, Ingrid Rubio, Tristán Ulloa, Julián López, María Pujalte, Kira Miró... o el del mismísimo Juan Diego. Es quizás en el dibujo de los personajes lo que hace que el film chirríe y no alcance a ser lo que debería y podría haber sido. Son, en este caso, los retratos excesivamente esperpénticos, muy exagerados, y con unas miserias interiores muchísimo más grandes lo que se acaba contando, los que hacen que uno no conecte del todo con los personajes que interpretan. Vamos, una excesiva caricaturez de éstos.

Pero si uno hace caso omiso de lo anterior y se toma el film como una mera sesión de entretenimiento y una invitación a la risa más desenfadada, se lo pasará muy muy bien. Porque todos los personajes, pese a la excentricidad y esperpento antes citado, acaban resultando entrañables y despiertan la simpatía rápidamente, ya sea la peluquera lesbiana interpretada por Ingrid Rubio, el tío en "fase terminal" por Juan Diego, o el personaje del loco/tonto del pueblo de Julián López (divertidísimo, como siempre).

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La historia es la que es, previsible al 100%, y las reflexiones que puede suscitar están más que trilladas (lo de "la belleza está en el interior" nos lo sabemos de memoria), pero un film como éste no se hace para descubrirle las américas al espectador, sino para intentar que, cuando los títulos de crédito irrumpan en pantalla, sea algo más optimista y esté de mejor humor. Y sobretodo, con una agradable sensación: la de haber pasado un buen rato.

Con Que se mueran los feos conseguí divertirme, pero me quedé con una sensación muy parecida a la que me asoló tras ver Pagafantas, otra de las comedias revelación de nuestro cine: la de que podía haber dado mucho más de sí.

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Y dejadme, sólamente, comentar dos momentos del film: el "¡Ay qué rico!", y cuando suena el Eres tú de Mocedades. Ya sabréis el por qué.

Nota: 6

15 de octubre de 2010

Vacaciones en el mar

Lavadoras a última hora, compras en el supermercado que podría haber hecho hace días, carreras en busca de productos que me faltan... vamos, lo que me ocurre siempre antes de cada viaje. Y con este no podía haber una excepción.

¡Y es que mañana nos vamos de crucero! Nuestro primer crucero... ¡y nuestro primer "todo incluído! Así que ganas no nos faltan, y si, por lo que fuera, decayeran lo más mínimo, ahí estará la barra libre para echarnos una mano. Así que escribo esta entrada a modo de "cierre" para los próximos ocho o nueve días. ¡Nos leemos a la vuelta! (perdón por expresar mi alegría de este modo, ya a sabiendas de que puede hincharle los bajos a más de uno que tenga que trabajar los próximos días).


Y por cierto, ayer noche vi Que se mueran los feos, la última película de Nacho García Velilla, y me encantó. Así que a la vuelta le haré una pequeña crítica en este blog.

13 de octubre de 2010

Burger King: Estado de sitio

¡Qué asco la comida rápida! ¡Donde esté un buen bistec que se quiten las hamburguesas de rata que sirven en estos centros! ¡Es pensar en ellos y se me quita el hambre! ¡Que los cierren todos y se vuelvan a su país! ...

Los que me conocen saben que el anterior párrafo sólo lo suscribiría en el caso de llevar una cogorza monumental, o de haber mezclado productos de esos que se encuentran en el botiquín, pero para el resto es mejor que lo deje claro: las primeras líneas van en coña. Y es que desde siempre me han encantado las hamburguesas. Para mí son un claro ejemplo de comida buena y barata. ¡Y encima te llena! Pero ha de haber gustos pa' tó, y ahí no me meto. Además de que este no es el tema de la entrada.

Resulta que hoy miércoles tenía fiesta en el curro, así que dediqué el día a realizar tareas domésticas pendientes, y a hacer algunas compras antes de irme de crucero. Y como no tenía ningún tipo de ganas de cocinar, se me ocurrió pasarme por el Burger King y comprar alguna(s) hamburguesa(s) para así tener el día completito. Pero no sé si ocurrirá en todas las ciudades, pero el Burger King de Girona es absolutamente espantoso. No por su lentísimo servicio, en el que pides para desayunar y te lo entregan a la hora de la cena, sino por la de especímenes que allí se encuentran y que te hace plantearte si la raza humana no es un error de principio a fin. Ahora ejemplifico la anterior oración.

Me acerco al mostrador mientras miro la cartelería de "variedades gastronómicas", y cuando intento quedar absorto, una niñata se pone a gritar y a darle golpetazos a una de las cajas registradoras al grito de "¡o me atiendes o te rompo la máquina! ¡Quiero un helao con chocolate! ¡¿Te rompo la máquina, eh?!". Por supuesto no había nadie que la regañara o que pareciera estar a cargo de ella, así que la ceporra (a la que seguro daban Clembuterol para desayunar) siguió con los gritos hasta que le llegó su turno. Pero eso no era todo.

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Aprovecha y sonríe ahora, que mañana estaremos los dos cagando ladrillos

En una de las mesas que quedan cerca de la estructura de cristal (o plástico, o lo que coño sea) había 4 criajos (sí, lo digo en tono despectivo por la educación que mostraban) pegando gritos, rompiendo las servilletas a cachitos, y tirándo al suelo los pedazos. Y al otro lado del cristal, una amiguita de éstos que empezó a escupir a él para que los gargajos quedaran a vista de todos. Los padres, como no, comiendo en la mesa de al lado como si la cosa no fuera con ellos. Todo un ejemplo. Pero ojo, que aún había más.

En las mesas del fondo del establecimiento había un par de tiarracos de pelo en pecho haciéndose un porro de hachís. Ahí, con dos cojones: uno fumando y el otro quemando la piedra con el mechero, todo bajo la atenta mirada de una preciosa niña que intentaba acabarse la hamburguesa de su menú infantil.

Así que para amenizar la espera hasta que me llegara el turno empecé a fantasear con una de esas películas en las que el héroe se toma la justicia por su mano (¿alguien ha citado a Dexter?), y consigue un par de cadenas con las que bloquea las puertas, y luego prende fuego al establecimiento con toda la chusma en su interior. Pero cuando empezaba a esbozar una sonrisa, volví de nuevo a la realidad: "-HolabuenosdíasleatiendeWilli¿quévaaquerer?" (así, todo junto, pronunciado de forma automática y sin, tan siquiera, mirarme a la cara).

Así que pedí lo primero que se me puso frente a los ojos, y me fui rápidamente para poder comer en el interior de mi coche. Almenos ahí no me dan ganas de entrar en un estado de locura similar al de Jack Nicholson en El Resplandor.

12 de octubre de 2010

Nos ha dejado Manuel Alexandre

Noqueado me encuentro al enterarme de que hoy ha fallecido el GRANDÍSIMO (superlativo y en mayúsculas) actor Manuel Alexandre, secundario de oro de nuestro cine, a la edad de 92 años y como consecuencia de un maldito cáncer. Y es que este "robaescenas" entrañable, que hizo (entre otros) que un servidor sintiera devoción por el séptimo arte, ha aparecido en más de 300 películas y pertenecía, en compañía de figuras ilustres como Fernando Fernán Gómez, José Luis López Vázquez, o Agustín González, a una generación de actores que ha marcado enormemente la historia del cine español.

Debutó en 1945 sobre los escenarios, y en el cine en 1947 con Dos cuentos para dos, y, después, en 1953 con Bienvenido Mr. Marshall de Luis García Berlanga, del que acabaría siendo un habitual (véase Calabuch, Plácido, Todos a la cárcel, etc.). También tuvo una estrecha relación con José Luis Cuerda, director que lo acabó de catapultar con títulos tan y tan emblemáticos como La Marrana, Amanece que no es poco, El bosque animado, o Así en el cielo como en la tierra. Y en televisión también apareció en numerosísimas series, siendo, quizás, la más emblemática Los ladrones van a la oficina, la cual estuvo en antena durante 10 temporadas. ¿Acaso alguien no la recuerda?

Y es que es difícil poder resumir en condiciones la enorme trayectoria de este monstruo de la interpretación, y de una figura ligada a la cultura que recibió numeros premios avalando su carrera.

Se nos va otro de los grandes: un trabajador del cine, un buen hombre, y un ser humilde. Descansa, maestro.

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8 de octubre de 2010

Crítica (II): Kick-Ass: ¡Es hora de las putas hostias!

Con un día de retraso debido a que uno es vago por naturaleza, aquí va la que es mi crítica a este film dirigido por Matthew Vaughn (director de, entre otras, Stardust y Layer Cake: Crimen organizado), el cual, ya lo adelanto, me entusiasmó. Aunque he de reconocer que no he leído jamás el cómic guionizado por Mark Millar y dibujado por John Romita Jr. en el cual se basa el film, por lo que no podré comparar si ha sido o no una fiel adaptación de éste.

Para meternos ya de lleno, Kick-Ass gira entorno a la figura de Dave Lizewski (el poco conocido por estos lares Aaron Johnson), un freak entusiasta de los cómics y de los superhéroes, y un hombre invisible para las chicas. Así que un buen día decidirá convertirse en un superhéroe pero sin necesidad de tener superpoderes o haber realizado un entrenamiento previo, todo inspirado por los cómics y tras comprar en Ebay un disfraz que esconde bajo su ropa. Esto es, digamos, una puñalada en toda regla a las películas tradicionales de los superhéroes. Pero una puñalada muy muy agradable.

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Como es de esperar, el bueno de Dave se verá envuelto en varios altercados que le transformarán en otro tipo de persona (no me gusta destripar las películas, de ahí mi poca concisa y clara sinopsis), y conocerá a dos locos vigilantes de la ciudad: Hit Girl (Chloe Moretz, a quien ya hemos visto en (500) días juntos, The Eye, o La morada del miedo) , y a su padre, Big Daddy (el grandísimo Nicolas Cage), los cuales encabezan una lucha contra el jefe de la mafia local (Mark Strong, villano también en Sherlock Holmes y Robin Hood). Y mención, también, al hijo de éste: Christopher Mintz-Plasse (el gran McLovin' en Supersalidos).

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Con todo esto, y mezclado en la turmix convenientemente, nos encontramos ante un producto muy sólido, con aires de El Quijote, en el que todo el mundo, con una buena dosis de locura, y otra muy generosa de valentía, puede llegar a ser quien quiera y/o conseguir sus objetivos, aunque éstos reclamen el pago de un peaje. Una historia en la que las escenas de acción salvaje empapan al espectador y en las que es imposible no gesticular sonrisa alguna.

Porque Kick-Ass sólo exige una cosa por parte del espectador, y es que se despoje de cualquier tipo de principio y la vea únicamente con voluntad de entretenerse. El resto ya lo ofrece el film: adrenalina, tensión, humor, violencia, grosería, sangre, amputaciones, descaro... y un sinfín de cosas más, excepto el aburrimiento. Y más aún con la banda sonora tan arrolladora que tiene: Prodigy, Gnals Barkley, etc. ¡Y el tema principal de la BSO de La muerte tenía un precio!

Una buena película que hará que se recuerde durante mucho tiempo la actuación de Hit Girl (¡sólo tenía 11 años cuando realizó el papel!) y de la que ya se está preparando una secuela prevista para 2012. La esperaremos con muchas ganas.

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Nota: 7,5

6 de octubre de 2010

Me cago en... el 1004

Joder, si es que te están obligando. Siempre he querido pensar que son unos pobrecitos, que no tienen más remedio, que almenos trabajan (que no sigan, pues lo del trabajo digno ya lo inventó María Patiño para justificarse con el famoseo)... pero es que al final a uno se le acaban hinchando los huevos y no tiene otra opción que dejarlo por escrito para así desahogarse.

¿Que quieres echar la siesta? No te preocupes que te llamarán para ofrecerte el Imagenio de los cojones. ¿Que no has de madrugar y te quieres despertar un poquitín tarde? Pues alguno te dará los buenos días comentándote que te regalan 500 minutos de llamada durante los fines de semana. ¿Que esperas una llamada importante? Tranquilo, que muy amablemente te colapsarán la línea para soltarte lo de que eres un "cliente especial". ¿Que estás echando un polvo? Pues... bueno, mejor que eso no suceda.

Pese a que cuando escribo estas líneas puedo parecer más basto que un bocata de escombros, lo cierto es que soy una persona que peco de excesiva amabilidad. No suelo querer montar escenas, me cuesta decir que no a las cosas, y siempre tengo un "merci" o "gracias" en la boca. Pero cuando estos tipos te llaman de 2 a 3 veces por semana, y no sirve de nada decirles de buenas maneras que no vuelvan a llamar, enviarlos a tomar por culo, colgarles, o pegar el teléfono al altavoz del televisor, a uno le invade la mala leche. Así que, si vuestro padre o madre trabaja en Telefónica ofreciendo sus servicios de este modo tan agresivo, le agradecería que le dijera, desde el respeto más absoluto, que se fuera a tomar por el ojete.

Sin ir más lejos, hace un rato me han llamado al fijo, y en cuanto me han preguntado si el que estaba al teléfono era el señor tal, han empezado con su acoso y derribo (nota: la charla fue mucho más larga, pero ya he empezado a olvidarla):

- Buenos días señor tal, le llamamos porque es usted uno de nuestros mejores clientes, y tras estudiar su factura queremos ofrecerle una oferta buenísima, 500 minutos de llamas gratis durante los fines de semana...
- Se lo agradezco, pero no estoy interesado...
- Ya, entiendo. Pero tras estudiar su factura queremos ofrecerle esta estupenda oferta y que pueda seguir disfrutando de nuestros servicios con aún mejores...
- Ya, pero no estoy interesado, de verdad.
- Ah ya. Entiendo. ¿Qué le parece nuestro servicio?
- Bien, muy bien. Todo correcto. Es por eso que no quiero cambiar, porque todo me va bien. ¿Así que para qué cambiar? Se lo agradezco, gracias por llamar pero no me interesa.
- Entonces le informo de que por el mismo importe que paga, usted podrá disfrutar de Imagenio, llamadas ilimitadas al...

El psycho-killer este ya empezaba a destrozarme mentalmente, y yo ya llevaba rato blasfemando en arameo y ciscándome en su santa madre.

- Vamos a ver, ¡que no quiero nada! Ya se lo he dicho varias veces, no siga por favor.
- ¿Por qué no quiere Imagenio? Le regalaremos muchos canales para que usted disfrute delante del televisor...
- Escuche, se lo repito: ¡No me interesa! No siga, porque no quiero ningún servicio más, ni cambiar de oferta, ni nada. ¿De acuerdo? Gracias de nuevo pero no.
- Ah, ya. Entiendo. ¿Por qué no quiere Imagenio? El importe de su factura va a ser el mismo y los servicios que le ofre...
- Por que lo tuve hace tiempo y me pareció una porquería, y no le doy más detalles.
- Ah, ya. Entiendo entonces. Pero con la oferta que le propondré usted se podrá dar de baja después de un año y...

Y aquí es cuando los nervios y la mala leche me invadieron y no pude más:

- A ver tío, ¿me estás empezando a tocar los huevos, eh? ¡Cagondiós!

Seguidamente le colgué, tiré el teléfono con rabia contra el sofá, y vociferé un insulto. No recuerdo cual, pero no creo que fuese agradable. Eso sí, espero que le estén pitando los oídos durante lo que queda de día. Entiendo que es su trabajo, y que seguramente en muchas ocasiones les resultará desagradable tener que lidiar con lo que se encuentran al otro lado del auricular, pero no soporto a aquellos que les importa tres pimientos lo que les estés diciendo que ellos seguirán a lo suyo, en ofrecerte el oro y el moro. Pues con estos ni educación ni leches (aunque con el resto aguante hasta el final y me despida educadamente, tal y como se merecen).

Así que para calmarme me preparé un café y me puse una película en Blu-ray, Kick Ass, de la que espero escribir la crítica a lo largo de mañana, día en que sale oficialmente a la venta pero que un servidor pudo agenciarse hace ya un par de días.

Y es que estos tipejos te hacen sufrir más que al Conde de Montecristo.