29 de diciembre de 2010

El peor enemigo de un gatuno

Pues sí, pese a que durante los primeros días parecía no importarles, al final el miedo se ha apoderado de ellos y han tenido que recurrir a ese escondite en el que nunca van a poder encontrarlos. Y es que es encender la aspiradora y ver a mis gatunos corriendo por el piso en busca de algún escondite en posición elevada en el que ni se les acerce el temible aparato.

Mi gata, Iona, tiene su escondrijo asignado, y rara vez lo cambia: encima de la nevera. Desde ahí divisa todo lo que se acerca y se mueve, y de paso controla a la canaria que tiene su casita en una jaula situada a la misma altura. Total, que aprovecha el tiempo que está escondida para planificar lo que podría llegar a ser la captura de una futurible cena.

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En cambio, mi gato Iris prefiere tumbarse encima de la cama e ir mirando por dónde ando con la aspiradora. Que el buscar un escondite es perfectamente compatible con que éste sea cómodo y reconfortante. Faltaría más.

Así que eso de que el peor enemigo de un gato es el perro... pongámoslo en duda.

17 de diciembre de 2010

Nos ha dejado Blake Edwards

Blake Edwards, director, guionista, y productor estadounidense, falleció ayer a los 88 años de edad. Creador, para muchos, de la hoy llamada comedia contemporánea, fue el responsable de títulos absolutamente inolvidables como Desayuno con diamantes (1961) o El Guateque (1968), ese título que narraba aquella fiesta imposible en la que un patosísimo Peter Sellers provocaba el caos.

Éste último fue uno de los actores que más se prodigó en los títulos de Edwards. El éxito de La Pantera Rosa (1963) hizo que rodaran juntos varias secuelas, las cuales forman parte ya de la historia del cine cómico.

Otra actriz que trabajó con él en varias ocasiones fue Julie Andrews, la cual se convirtió posteriormente en su mujer (con la cual seguía casado), y con la que forjaron cintas antológicas como ¿Víctor o Victoria? (1982), Darling Lili (1970), o 10, la mujer perfecta (1979).

No menos destacables, almenos para un servidor, fueron los dos títulos en los que dirigió a un "jovencito" Bruce Willis, acabado de salir de la exitosa serie Luz de luna: Cita a ciegas (1987) y Asesinato en Beverly Hills (1988).

Ganador del Óscar honorífico en 2004 (por citar sólo el galardón más importante de cuantos ha ganado), nos ha dejado un legado cinematográfico que seguro no perecerá ni el tiempo ni el la memoria. Hasta siempre.


Filmografía destacada:

16 de diciembre de 2010

Cine de autor de calidad: Colección Studio Canal

Muchas veces he comentado el placer que me produce ir a una gran superficie y rebuscar en el departamento de cine alguna película que me resulte desconocida o interesante y luego devorarla en casa, sea del tipo que sea (de ahí que el séptimo arte sea mi mayor pasión y hobbie). Y es que pocas veces le hago ascos a ningún género, ya que me gusta todo tipo de cine, empezando por el documental o las comedias románticas, y acabando en, por ejemplo, los westerns o el cine más experimental o de autor (el llamado cine para gafapastas).

Normalmente es éste último el que más sorpresas (y decepciones, por qué no decirlo) me ha producido, aunque también es el más difícil de conseguir en las grandes superfícies. De ahí que el nacimiento por estas tierras hace ya algo más de un año de la colección Studio Canal me tenga muy contento y en constante alerta por si se avecinan novedades.

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Dicha colección, formada ya por 13 joyas del séptimo arte (aunque hay alguna más editada fuera de estos lares), se edita en alta definición, para un mayor gusto de los que somos entusiastas del Blu-ray. Los títulos de la colección, editados en un digipack de dos palas con un interesante libreto en su interior y numerosos extras, son los siguientes:
Grandísimos títulos de ilustres directores que, sin duda, llamarán la atención a más de uno. Pero como siempre hay un "pero", en este caso su elevado precio (24,90€/u.), el cual de buen seguro tirará atrás a más de uno. Una lástima, puesto que es digno de alabar a Universal por habernos acercado el cine de autor en HD, editado y tratado con tantísimo mimo, tal y como está haciendo Criterion (salvando las distancias) de manera magistral al otro lado del charco.

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Espero que pronto anuncien nuevos títulos con los que ir completando la BD-Teca.

15 de diciembre de 2010

¿Esto es arte?

Es levantarme y que se me indigesten los crispis leyendo cosas como las que aparecen hoy en la prensa barcelonesa. Y es que hoy me he topado con la notícia de que un artista peruano, Álvaro Icaza, reembolsará este martes a los usuarios de metro y bus de TMB que hayan sido multados por colarse, entre el 1 de enero y el 30 de noviembre, el importe de la multa, si no supera los 100 euros. Para redondear la paradoja, Icaza destinará al pago de multas 2.500 euros de fondos públicos, iniciativa que forma parte de un proyecto artístico. Tócate el chocho.

Así que si mal no lo he entendido, el señorito este va a dedicarse a regalar dinero público, dinero tuyo, mío, y de muchos más, para subvencionar la delincuencia (o la simple y llana caradura) en el transporte público. Vamos, que por un lado pagamos campañas publicitarias para concienciar a la gente de que no se cuele, y por otro lado pagamos a aquellos que se cuelan. Pues no, no me da la gana. ¿Y a esto se le llama arte?

Al señorito Icaza le embargaba todos sus bienes y los ponía a subasta, y con el dinero conseguido montaba más campañas de concienciación para que la gente no se colara en los transportes públicos. A ver si luego aún le quedaban ganas de "expresarse artísticamente".

Últimamente en este país le estamos pillando el gustillo a pagarle las cosas a los curruptos, a los sinvergüenzas y a los caraduras. En cambio, a la gente educada y cívica, que respeta las leyes y normativas, ya le pueden ir dando.

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Fuente: 20 minutos

14 de diciembre de 2010

Crítica (VII): Berlin Calling

DJ Ickarus es un disc-jockey y productor de música techno y electro que está en lo más alto de su carrera. Su vida, al igual que su trabajo, transcurre de aeropuerto en aeropuerto y de club en club. En su día a día le acompaña su novia y manager, Mathilde, la cual también supervisa la creación, producción, y promoción de lo que va a ser el nuevo disco de Icka. Pero una noche, durante la fiesta posterior a una de sus sesiones, acaba en un centro de rehabilitación, fruto a sus excesos con las drogas. Así empieza el film, narrando la travesía de Ickarus del estrellato al pozo de la drogadicción. Quizás, en cierto modo, la narración de una autodestrucción. Aunque puede que aún se albergue esperanza al final del túnel.

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Sus idas y venidas del centro se entrecruzan con la pérdida sentimental de su pareja, con el distanciamiento, por momentos, de su familia, y con el olvido de su compañía discográfica. Todo se le vuelve en contra, a excepción de las drogas, con las cuales consigue dar un punto de sensatez y lógica a su vida, aunque sólo sea temporalmente. Pero la música, opio para muchos, y, en este caso, opio para Ickarus, será la que le ayude a reencontrarse a sí mismo y le ponga frenos a su descenso cuesta abajo.

Berlin Calling es quizás un retrato autobiográfico de Paul Kalkbrenner, dj y productor reconocido en Alemania, y compositor, además, de la banda sonora que acompaña el film. Grandes temas para acompañar los distintos estados emocionales que se dan en la película, y que hacen de ésta una película muy a tener en cuenta para aquellos a los que nos atrae el mundo de la electrónica.

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La película está bastante bien, y, aunque pueda parecer que abusa de los clichés que atañen al mundo de la noche, como pueden ser las drogas y el espiral de vicio que éstas conllevan, hay que reconocer que son un tema de muy difícil elusión.

En resumen, un grato descubrimiento. Y, sobretodo, un genial reencuentro con un tema que es un auténtico himno dentro de la escena electrónica: Sky and sand (click para escuchar la canción), un verdadero manifiesto de amor.

Nota: 7

Título Original: Berlin Calling
Año: 2008
Duración: 100
País: Alemania
Género: Drama
Director: Hannes Stöhr
Guión: Hannes Stöhr
Música: Paul Kalkbrenner
Reparto: Paul Kalkbrenner, Rita Lengyel, Corinna Harfouch, Araba Walton, Peter Schneider, Megan Gay, Dirk Borchardt





Por el día
me encontrarás a tu lado
dando lo mejor de mí
intentando hacer las cosas bien.
Cuando todo sale mal
sólo yo tengo la culpa
pero no me hará mucho daño
porque me dejas brillar.

Y construimos castillos
en el cielo y en la arena.
Diseñamos nuestro propio mundo
que nadie entenderá.

Me encontré vivo en la palma de tu mano.
Mientras estemos volando todo este mundo no se acaba.
Todo este mundo no se acaba.

10 de diciembre de 2010

Crítica (VI): Toy Story 3

Cuando escribo una de mis churro-críticas en el blog, normalmente hago un pequeñito esquema en una hoja de papel de lo que va a ser la crítica en sí, a la vez que anoto algunos comentarios que me gustaría citar o desarrollar a lo largo de la entrada. No es que mis críticas sean profundas o extensas, pero el hacerlo me ayuda a ordenar mis ideas. Hasta hoy, porque pese a haber apuntado unas cuantas cosas, no sé como comenzar.

Podría empezar reivindicando el cine de animación como un género para cualquier tipo de persona, independientemente de su edad. Luego continuar diciendo que la película se apoderó de mi corazón y absorvió mis sentimientos de forma totalmente abrumadora. Y concluir comentando que lloré en varias ocasiones, empapado por la nostalgia, el asombro, y por las ilusiones que la película refleja y catapulta. Porque Toy Story 3 no es una simple película de animación. Es, almenos para un servidor, una auténtica obra maestra.

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En esta ocasión, nuestros amigos están preocupados ante su incierto futuro ya que Andy, su dueño, ya no es un niño y se prepara para ir a la universidad. Pero, cuando debido a un malentendido, se encuentran en un lugar que desconocen por completo, comprenderán que su aventura acaba de empezar. Así da comienzo este film, al que no le falta ni le sobra nada.

Una portentosa narración, una maravillosa forma de presentar y desarrollar los personajes, secuencias memorables... y el "Hay un amigo en mí" sonando a los pocos minutos y provocando que me tuviera que secar las lágrimas. Proceso que debería repetir posteriormente en alguna ocasión más. Y no sólo lágrimas de tristeza o de melancolía, sino también de emocion y de felicidad con el devenir de los acontecimientos.

Porque como ya vimos anteriormente en Up, su exponente más claro (sólo hay que ver sus 15 primeros minutos), el estudio Pixar ha sabido cargar de emotividad los diálogos y situaciones, y dotar a sus personajes de una vida y humanidad fuera de lo común en los films de animación. De ahí que lo que 15 años atrás parecían ser solo unos simples muñecos digitalizados, se hayan acabando convirtiendo en unos seres absolutamente entrañables.

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Me atrevería a decir que Toy Story es la mejor trilogía que, hasta la fecha, haya tenido el gusto de ver. Cine de animación, pero cine en estado puro, con unos personajes redondos que evolucionan magistralmente a lo largo de las tres partes.

Woody, Buzz, Mr. Potato, Rex, Hamm, Slinky... esta película se convierte, entonces, en el adiós a esta pequeña-gran familia. Porque las lágrimas vertidas a lo largo del film no son sólo fruto de sus virtudes, sino también del hecho de saber que cuando esta tercera parte acaba no habrá más posibilidades de volver a saber de ellos. Éste es su final. Su gran, magnífico, y apoteósico final. Uno de los mejores broches de oro que cabría esperar para la franquicia estrella de Pixar.

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Hasta siempre muchachos.

Nota: 10

FICHA DE LA PELÍCULA
Título original: Toy Story 3
Año: 2010
Duración: 103
País: Estados Unidos
Género: Animación / Fantasía / Aventuras
Director: Lee Unkrich
Guión: John Lasseter, Andrew Stanton, Lee Unkrich
Música: Randy Newman
Reparto (Voces): Tom Hanks, Tim Allen, Joan Cusack, Ned Beatty, Don Rickles, Michael Keaton, Wallace Shawn, John Ratzenberger, Estelle Harris, John Morris, Jodi Benson, Emily Hahn

9 de diciembre de 2010

Harto de las reporteras florero

Después de semanas sin actualizar el blog por falta de tiempo y de neuronas libres para dedicar aquí, he encontrado un huequecito, tanto en el terreno espacio-temporal como en el mental, para redactar una nueva entrada con la que no dejar que esto caiga en el olvido. Y, la verdad, el hecho de haber encontrado tiempo para ello se debe a que hoy tenía el día libre. A chincharse.

Como es de suponer, estoy dedicando el día a tareas tan dificultosas como poner en marcha el lavaplatos, o envolver un par de regalos de Navidad. Vamos, que estoy con flato debido al desgaste. Y para hacer de esto algo menos fatigoso tengo la tele puesta en marcha, la cual posiblemente me acompañe hasta la hora de irme a dormir. Así que haciendo zapping me he topado con el programa Tonterías las Justas, el cual siempre que lo veo consigue arrancarme alguna que otra sonrisa, pero he coincidido con un reportaje de una de sus colaboradoras, Romina Belluscio. Y ahí se me ha puesto cara de poker.

Para el que no la conozca supongo bastará con este pequeño resumen mil veces visto en televisión: reportera joven, guapetona, luciendo escote y muslo, y dando la sensación de que tiene menos neuronas que una ameba (lo cual, en muchísimos casos, suele ser verdad). ¡Y ah! Realizando reportajes sin chicha ni limoná. ¿Verdad que a muchos os suena? Pues uno ya empieza a estar harto del tema.

En el ejemplo que se ha dado hoy, la tal Romina acudía a la presentación de la película Burlesque, encabezada por Cher, Christina Aguilera y Kristen Bell, y que promete ser uno de los títulos a tener en cuenta este final de año. Pues bien, tonto de mí me esperaba alguna preguntilla sobre el film en sí, pero sólo me he topado con comentarios sobre las operaciones o la edad de Cher. Vamos, lo lógico viendo quien era la tontaina que se las hacía.

En los últimos años están abundando este tipo de reporteras florero, sin ningún tipo de talento ni gracia, a excepción de su físico envidiable, y que sólo hacen que entorpecer el desarrollo de los programas con reportajes insustanciales e inundar internet con fotos suyas ligeras de ropa. Basta con escribir el nombre de la tipa en Google y empaparte de titulares como "Descuido de Romina Belluscio", "Jacuzzy con Romina Belluscio", "Romina Belluscio se desnuda en FHM", "Romina Belluscio con el vídeo más sexy"... y así hasta el infinito. ¿Que en televisión imperan los cánones de belleza y la ley del físico? Está clarísimo. Pero que nosotros somos los principales culpables por dar audiencia y alabar a "x" personajes por el mero hecho de ser guapos también lo es.

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Y seguimos con preguntas: ¿Que la tal Romina pueda ser una chavala maja y simpática? Puede ser. ¿Que está "buenísima" y es "muy guapa" tal y como anuncian centenares de comentarios en la red? Eso va a gustos. Pero a mí me parece una petarda más que no debería de haber hecho el salto de los concursos de belleza a la televisión. Y menos aún en un género tan complicado y con tanto fracaso como el del humor.

Así que he cambiado de canal y me he sobresaltado con un primer plano de la boca de Karmele Marchante, ataviada con unas gafas dignas de la mejor Drag Queen ibizenca, lanzando improperios y amenazas a una compañera suya del programa Sálvame.

Estamos a salvo.