Pues oye Maripili, resulta que tras una semana en casa y habiéndome concienciado que las vacaciones han terminado, me ha entrado la fiebre por decorar el piso con todo de adornos navideños y no tan navideños. Y bueno, quien dice "fiebre por adornar el piso", dice también "excusa para despilfarrar la nómina sin remordimientos". Que uno es algo modosito y se avergüenza y atemoriza con facilidad, así que hay que buscar excusas que me envalentonen para seguir adelante; con rumbo fijo, viento en popa, a toda vela, etc etc etc.
Así que los dos juntitos, Meia y un servidor, nos hemos ido a rondar las mil Ikea's, Baricentro's, Illa's Diagonales, Maquinistas, Cortingleses, y otros tantos macrocomplejos en los que nos encanta desenfundar la Visa cual Billy el Niño. Muñecos de nieve de trapo, cajitas con forma de regalo, un árbol de Navidad, adornos para colgar en él, conjuntos de mesa con motivos navideños y festivos... y los primeros regalos. Y sí, ya sé que estamos aún en Octubre, pero es que, por si no lo sabíais, ahora la Navidad empieza en los comercios a finales de Agosto. Y a nosotros dos, que se nos convence rápido pues... ya sólo nos falta ir por la calle aderezados con unas antenas del reno Rudolph cantando villancicos.
Esto algunos lo verán como una simple estrategia comercial para atrapar al consumidor y sangrarle los ahorros. Que si la Navidad es un negocio, que si el espíritu navideño no existe, que este es otro método más para que los consumidores paguemos la crisis, que hay que tener cabeza, y todas esas frasecitas que uno ya se sabe de memoria. Y ojo, no digo que no sea así, pero a nosotros nos encanta. Aunque vaya... entrar en una charcutería y escuchar el White Christmas interpretado por Frank Sinatra nos ha parecido realmente excesivo. Casi te entraban ganas de tararearla siguiendo el ritmo que marcaba la dependienta cortando el chopped. Pero bueno, ha tenido su gracia.
Y oye, ¿no ha hecho lo mismo El Corte Inglés con la Vuelta al cole, empezando ya a finales de junio? Coña, que todos hemos sido niños, y era empezar vacaciones y ver las ciudades empapeladas con los cartelitos de esta gente recordándonos que ya podíamos reservar los libros y comprar los uniformes para el siguiente año. ¡Te destrozaban el verano! Pues oye, ya que se nos ha amargado toda la vida con esa cantinela, disfrutemos ahora del momento. Démosles las gracias por adelantarse tanto a los acontecimientos. Por hacernos ser previsores.
Y ahora, tras escribir esta soberana tontería de entrada, brindaría con una copa de cava y un cacho de turrón, pero al ir a la cocina vuelvo a la realidad: la realidad de que aún estamos en otoño, y que tengo una bandeja entera de Panellets esperando a ser devorados. Ñam ñam.
Así que, con vuestro permiso, voy a atender unos dulces asuntos...
Así que los dos juntitos, Meia y un servidor, nos hemos ido a rondar las mil Ikea's, Baricentro's, Illa's Diagonales, Maquinistas, Cortingleses, y otros tantos macrocomplejos en los que nos encanta desenfundar la Visa cual Billy el Niño. Muñecos de nieve de trapo, cajitas con forma de regalo, un árbol de Navidad, adornos para colgar en él, conjuntos de mesa con motivos navideños y festivos... y los primeros regalos. Y sí, ya sé que estamos aún en Octubre, pero es que, por si no lo sabíais, ahora la Navidad empieza en los comercios a finales de Agosto. Y a nosotros dos, que se nos convence rápido pues... ya sólo nos falta ir por la calle aderezados con unas antenas del reno Rudolph cantando villancicos.
Esto algunos lo verán como una simple estrategia comercial para atrapar al consumidor y sangrarle los ahorros. Que si la Navidad es un negocio, que si el espíritu navideño no existe, que este es otro método más para que los consumidores paguemos la crisis, que hay que tener cabeza, y todas esas frasecitas que uno ya se sabe de memoria. Y ojo, no digo que no sea así, pero a nosotros nos encanta. Aunque vaya... entrar en una charcutería y escuchar el White Christmas interpretado por Frank Sinatra nos ha parecido realmente excesivo. Casi te entraban ganas de tararearla siguiendo el ritmo que marcaba la dependienta cortando el chopped. Pero bueno, ha tenido su gracia.
Y oye, ¿no ha hecho lo mismo El Corte Inglés con la Vuelta al cole, empezando ya a finales de junio? Coña, que todos hemos sido niños, y era empezar vacaciones y ver las ciudades empapeladas con los cartelitos de esta gente recordándonos que ya podíamos reservar los libros y comprar los uniformes para el siguiente año. ¡Te destrozaban el verano! Pues oye, ya que se nos ha amargado toda la vida con esa cantinela, disfrutemos ahora del momento. Démosles las gracias por adelantarse tanto a los acontecimientos. Por hacernos ser previsores.
Y ahora, tras escribir esta soberana tontería de entrada, brindaría con una copa de cava y un cacho de turrón, pero al ir a la cocina vuelvo a la realidad: la realidad de que aún estamos en otoño, y que tengo una bandeja entera de Panellets esperando a ser devorados. Ñam ñam.
Así que, con vuestro permiso, voy a atender unos dulces asuntos...